Las uvas son cosechadas y seleccionadas a mano a principios de Septiembre para mantener el potencial aromático expresivo que nos puede dar la viña. El color permanece suave lo que permite que el vino final tenga un halo ligeramente rosado y altamente vivo y brillante a través del tiempo. Cada varietal este procesado por separado. Después de un prensado suave y clarificado a bajas temperaturas el mosto es fermentado por aproximadamente 10 días, después se deja el vino en lías finas por al menos 3 meses para enriquecer la estructura y la redondes del vino. Después de este periodo, los varietales son mezclados para obtener un cuvee balanceado entre aromas, perfil de sabores y color. La fermentación secundaria inicia y se detiene por nuestro enólogo dependiendo la cantidad de azúcar residual que queremos que este vino obtenga. Después de esto se baja la temperatura para preservar de mejor manera el balance de sabores y los potentes aromas de este vino. El vino permanece en lías por 4 meses adicionales y después es estabilizado y embotellado.